Los otros niños, escondidos por un tal Juan
Son niños a los que nadie ve ni se enteran que existen
Están a merced de pederastas y bandas que los manipulan y comercializan para gratificaciones sexuales personales. Argentina es proveedora de este tipo de “material” para industrias como la pornografía y la prostitución infantil, el desguace de órganos y hasta para ritos satánicos.
Tan sólo en el sureste de Santiago del Estero, en un país llamado Argentina, desaparecen un promedio de 12 de ellos por semana.
Los “Otros Niños” no son considerados personas, por los gobiernos, funcionarios ni políticos. Cuando nacen aparecen como de una generación espectral, sin responsables ni pasado. No son registrados para hacerlos pasar desapercibido y poder venderlos. No tienen nombre ni rostros, sus identidades no les corresponde sino al dueño que los compra.
Los que lucran con sus cuerpos, con sus emociones, con sus sentimientos, con su identidad, cuando se los denuncia judicialmente, son sobreseídos sin siquiera haber sido llamados a declarar, por jueces, que alguna vez negociaron con dichas transacciones, un viaje, un auto o la función y el cargo que ocupan.
CARACTERÍSTICAS DE “LOS OTROS NIÑOS”
Privilegios que pueden obtener
a.- Servir para calmar la angustia de algún desesperado por “conseguir un niño” para que por fin pueda ser hijo de alguien.
b.- Nacer sano, varón de tez blanca y rubio y caer en un hogar aunque a cambio deba cumplir el rol de hijo.
Desventajas
a.- No son registrados por los gobiernos para permitir transacciones sin dejar huellas de la cadenas de ilícitos que se generan contra ellos.
b.- No son considerados personas sino objetos de compra-venta o algún tipo de intercambio.
c.- No tienen rostro, sino y tan sólo cuando van a cumplir roles de hijos y los fotografían en albúmes familiares que no les pertenecen.
d.- No tienen identidad y nacieron para llevar el nombre, el apodo o el alias que el dueño le ponga.
e.- No tienen pasado.
f.- No tienen historia para contar más que la de la ficción que le imponen saber.
g.- No tienen parientes ni saben dónde ni de quién nacieron.
h.- No saben cuándo ni cuántos años cumplen.
i.- Cuando se enferman gravemente mueren sin poder apelar al material genético que podría salvarlos.
j.- No tienen madre y por haberse fugado con ellos bajo el brazo los dueños no recuerdan dónde lo encontraron y quiénes son.
k.- A pesar que les mienten que sus madres biológicas son putas, a veces las buscan y descubren las mentiras.
l.- Cuando llegan al destino indicado, les cambian el nombre siempre adecuado al gusto del o los adquirentes.
m.- Tan sólo en Argentina se estima que deambulan mezclados con niños normales, más de 3.500.000 de “ellos”.
n.- La mayoría de ellos provienen de madres pobres con la voluntad viciada por el hambre o la desesperación
ñ.- Nacer nena o nene de tez oscura y con pelo duro y negro.
o.- Nacer con un defecto físico.
p.- Muertos también sirven “Los Otros niños” por cuanto se los utiliza para intercambiarlos en el momento del parto por “Otros Niños” vivos, que sin solución de continuidad vuelven a revivir para el engaño de uno y el placer de otros.
q.- Nacen por doquier, en ranchos, debajo de árboles, en consultorios médicos, casas particulares, hospitales, o en salas de partos acondicionadas en los mismos hoteles donde los venden a turístas.
Se utilizan en diversar actividades, generalmente de característica industriales como la mendicidad, la pornografía, la explotación sexual comercial, el desguace de órganos, para sexo oral de parroquianos en bodegones americanos, en ritos satánicos.
Todos conocen algunos de ellos, todos al menos tenemos noticias pero son cómplices de sus apropiadores, porque alegan que no sabían por que no se los ve.
A nadie le interesa nada de esta especie de Entes. Muchos de ellos, deambulan buscando de dónde provienen, unos pocos logran enterarse aunque sea a medias quiénes era, cuando saberlo ya no les sirve de nada.
Cada vez hay más y están repartidos por todo el mundo, entremezclados con niños normales.
Aunque no se habla de ellos, nadie los puede ignorar porque siempre viene bien uno de ellos por su tremenda versatilidad para hacer con ellos lo que se quiera hacer.
Escribió Julio César Ruiz