(Video) Urgente: plasma para avión sanitario de Tucumán

El Learjet 60 XR, tiene pantallas LCD e internet, para hacer conferencias durante el vuelo. Es el mejor que un gobernador adquirió jamás, para traslados a cualquier parte del mundo.

Cada mañana, cualquier ciudadano de cualquier país, se despierta, pensando que no le sorprenderá leer, que algún violador, ladrón o asesino, mientras él dormía, vulneró el derecho de algún miembro de su ciudad.

Un sabor diferente se percibe, cuando nos llega al conocimiento, que los que vulneran esos derechos, son los mismos que nosotros “elegimos” para llevar el Imperium del Príncipe, al decir de Jean-Jacques Rousseau, en su libro “El Contrato social”, cuando recomendaba, la democracia como la mejor forma de representar y respetar la autoridad.

Como Organización No Gubernamental, nos hemos planteado en varias oportunidades, si nos corresponde opinar de política, y, siempre, alineados con la realidad cotidiana, hemos llegado a la conclusión que sí, ya que, no por casualidad, ese Príncipe, por definición, está elegido para velar por el bien común de todos y en mayor medida, por lo que les pasa a los más frágiles y vulnerables de su Región.

A todo nuestro alrededor hay ejemplos contundentes en los diarios, sobre el accionar despótico de estos príncipes. Tan sólo por citar un ejemplo actual, y en orden a su pomposidad inescrupulosa, es interesante referirnos al tercer avión sanitario adquirido por el Gobierno de Tucumán, Argentina, en el año 2010.

A pesar de ser usado, ha costado la friolera de 8.000.000 de dólares. Generalmente, estos aviones son caros, por cuanto, están equipados y acondicionados con aparatología de última generación e incluso quirófanos, para ser efectivos en la protección del derecho a la salud de las personas que requieran cuidados especiales en sus traslados de urgencias.

Todo sería extraordinario si este vehículo, muy importante y necesario por cierto, estuviera en nuestra ciudad, para custodiar, y llevar a cabo tan noble misión.

Pero, cuando ingresamos a sus instalaciones y sus instalaciones interiores, caemos en la cuenta, que tiene más lujo que efectividad sanitaria, cuyas imágenes, nos deben hacer reflexionar, y no tan sólo sobre la compra del avión con el erario público, sino sobre otras muchas cosas más que nos debemos los argentinos, que luchamos por un país mejor.

Por favor, si tiene unos momentos, ¿me acompaña a subir a bordo?, quiero mostrárselo, es importante que lo vea por cuanto fue adquirido con el dinero de los argentinos, no por casualidad, en un país, donde todavía hay niños que se mueren por no tener para comer.

Luego cuando descienda, usted sacará sus propias conclusiones, como yo, que cuando vivo estas circunstancias, siento que aquel Príncipe, como mínimo, me ha vuelto a traicionar.

TUCUMAN: ULTIMO MOMENTO 06 DE ENERO DE 2011

Aviongate: “la diferencia de $ 6 millones que pide Alperovich es para coimas”

El legislador Renzo Cirnigliaro denunció que la diferencia de $ 6 millones sería para “coimas”.

Cirnigliaro votó en noviembre pasado en contra de la compra. “He votado por el rechazo del proyecto argumentando que se está violando la ley de administración financiera por cuanto se hace por contratación directa y no por licitación como lo define la norma legal. No se hace ni un cotejo de precios”, remarcó el legislador opositor.

A lo que agregó: “al momento de votar jamás podría imaginar que tuviera vicios ocultos. Ahora nos damos que hay 6 millones mas que debe ser la coima, la propina para los funcionarios que comandan esta operación”.

Por otro lado destacó la falta de prestaciones del avión. “Es un avión usado, próximo a que se le venza la garantía, no es un avión sanitario por lo que ninguna de las características del avión corresponden a prestaciones sanitarias”.

“Cuando un avión tiene televisor plasma, microondas, heladera, y no un electro cardiógrafo, no tiene nada que ver con lo que se necesita para un servicio sanitario”, agregó Cirnigliaro.

El “Aviongate” abre el 2011 político con malas señales para Alperovich

Alperovich se quitó el bigote para evitar “escraches” en Punta del Este

Escribió Julio César Ruiz