Trastienda del tráfico de bebés en Argentina
Nuestras investigaciones sobre el tráfico y la trata de bebés en Añatuya, al sureste de Santiago del Estero en la República Argentina, nos llevaron a conocer intimidades de esta desgracia humana, como es la compra-venta de recién nacidos, en un país, que muestra con ésto, el lugar que le ha otorgado a los Derechos Humanos.
Aunque podríamos decir que ningún bebé está excluído de este flagelo, este pequeño resumen que vamos a enunciar, es colector de varios años de investigaciones y denuncias penales, que demuestran, que el tráfico humano, es posible, gracias a la connivencia y complicidad de los que por convicción, creencia o fe, fueron elegidos para cuidarnos. Si esto no fuera así, sería impensable, que alguien pudiera vender o comprar personas.
Y esto fue lo que le transmitimos a la señora Presidente de la Nación, el día 24.08.2006, en una audiencia que nos concedió cuando aún era senadora. Al retirarnos, y ya de pie, nos preguntó: “¿cómo se terminaba con el tráfico de bebés en Argentina?”, a lo cual respondimos: “de una manera muy fácil y sencilla, ya que el 80% de los miembros de estas mafias, son empleados públicos, dependientes de las estructuras del propio Estado”.
Todo, a partir de esa entrevista, nos fue más difícil: Por intermedio de Paula Vessvesián, Secretaria Nacional de Ñiñez, Adolescencia y Familia, nos retiraron, salvajemente, la tutela y administración del 102-El Teléfono del Niño, que inéditamente habíamos traído a la provincia de Tucumán y a partir del cuál, nos llegó la información, que en Añatuya, se vendían niños. También dicha Secretaría, explicándonos que ellos no financiaban experiencias judiciales, nos dejó de abonar un pequeño subsidio, que nos permitía llevar adelante nuestro rol como Parte Querellante en el único juicio masivo sobre desaparición de recién nacidos que existe en Argentina.
Lic. Paula Vessvessian muy preocupada por el tráfico de bebés en una entrevista.
¿Porqué les llamamos fábricas de bebés a las zonas que señalamos?
Muchas veces, las personas nos han hecho esta pregunta y la respuesta es simple: son regiones, infectadas de traficantes, en donde todo está preparado, aceitado y metódicamente funcional para la compra y venta de criaturas, con papeles o sin ellos.
Comúnmente, los “papeles” son adquiridos junto con el bebé, para extraerlos del país, y poder de esta manera, burlar los controles, de una Gendarmería, que conoce a fondo la problemática, pero no puede detenerlos.
Los adquirentes de niños para hacerlos cumplir roles de hijos dentro del país, optan por inscribirlos en su provincia de residencia, para no dejar rastros de nacimientos en estos lugares, que nunca podrían explicar.
Elementos geopolíticos, étnicos y sociales de estas zonas
Estos territorios, tiene unos elementos, que hacen posible el desarrollo y evolución permanente de estas aberraciones, que tarde o temprano, deberán ser calificados, sin lugar a dudas, como delitos de lesa humanidad, ya que, hasta las mismas declaraciones del Gobernador de Santiago del Estero, Gerardo Zamora, así lo demuestra, cuándo públicamente dijo: “De cada 10 niño que nacen en la provincia, tan sólo se registran 2 ó 3. Esto, por advertir tan sólo uno de los elementos para que la prescripción impida las investigaciones en el futuro.
El 70% de la población es analfabeta, el hambre, puede describirse desde una frase que nos espetó una de esas mujeres, cuando nos dijo: “Nosotros comemos carne una o dos veces por año”.
A pesar que la Colecta Más Por Menos, fue inventada por Monseñor Gottau, primer arzobispo de la zona, nunca la gente ha conocido las bondades de esos dineros que se recaudan año tras año.
Existe en estas comunidades y en el mundo entero, un paradigma implementado por la Iglesia Católica, que ha bañado las conciencias y las costumbres en esas zonas, al decir de los púlpitos que: “Los niños se crian mejor, con familias pudiente.
Otro elemento importantísimo es la pérdida de valores de esa comunidad y por supuesto, la falta de respeto al ser humano y a sus bienes, que se observa todos los días, en la Sociedad de Añatuya, que convive con el delito y la impunidad.
Si sacaramos una “fotografía” de ellos como Pueblo, advertiríamos:
– Desalojo de sus tierras, a sus habitantes originarios, por “leyes” que permiten pasarles la topadora si no tienen “papeles” . Los rotulan de usurpadores y sus tierras son vendidas a poderosos, para el cultivo de soja.
-65% de desocupación laboral
-40% de necesidades básicas insatisfechas
-30% de analfabetismo
-15 por mil de mortalidad infantil dentro del año de vida
-1 médico cada 1.000 habitantes
-3,8 sacerdotes cada 1.000 habitantes
-El 75% de la población vive del tráfico y la trata de bebés
-467 personas, se dedican a la magia negra.
-42 viven de matar por precio.
-36 personas dedicadas a la magia negra, especialmente a las prácticas vudú.
-28 personas ejercen y viven, de la magia blanca.
-Desaparición sistemática de un promedio de 12 bebés por semana
-16 Iglesias evangélicas.
-13 Iglesias católicas.
La cultura de la mansedumbre y la entrega
En Añatuya, está muy mal vista una mujer, que se queda con su bebé, ya que casi todas, reúnen algunas de estas circunstancias:
Si es nena, por cuanto es menor de edad.
Si es soltera, por cuanto no tiene un matrimonio “normalmente constituido”.
Si es adulta y casada, por que no podrá cuidar más hijos de los que tiene.
Las mujeres más jóvenes, optan por esconderse en el campo para parir, para que no les quiten sus bebés al nacer.
Esa “normalidad”, de entrega de sus hijos, sustentada en el hambre y la desesperación, se patentiza en el barrio, llamado La Merced, en pleno corazón de Añatuya, que cuenta con aproximadamente 450 viviendas, a las cuales, les llamamos “Viviendas Evolutivas”…una pared, por la entrega de un bebé.
Características generales de estas zonas
a) Gran facilidad de escape, en general por la triple frontera, en el caso del Nordeste. A través de la Cordillera de los Andes en la zona de Cuyo y en Añatuya, por la Ruta 34 y mediante más de 40 pistas de aterrizaje clandestino.
b) Son grandes regiones territoriales liberadas, en donde el poder lo ejerce tan sólo el grupo mafioso que ha ganado el título de “dueño de la cría”. En el caso de Añatuya, las 12 bandas, se relacionan con rígidos códigos propios, lo que los lleva a convivir en armonía, hace más de 80 años.
c) Existen cientos de Juzgados de Paz, que blanquean, con “papeles”, la situación de “relación legal” del bebé con el adquirente.
d) El crisol de razas instalado originariamente en estas zonas, permite el nacimiento de niños con tez blanca y ojos claros. A pesar de ello, según el color de piel o el sexo, los precios varían. Por ejemplo en Mendoza, se venden bebés según el color de piel y el tipo de pelito.
e) En general los niños discapacitados o con problemas de salud son descartados del circuito. ¿A quién le interesa un bebé incinerado?
f) Cuando los recién nacidos son comprados por mafias internacionales, son utilizados para transporte de sustancias peligrosas en sus genitales. De allí que las nenas, por su mayor capacidad de carga son más requeridas y pagadas a precios mas altos.
g) Las mafias, están conformadas en esta pujante industria, por acción o por omisión por: jueces, sacerdotes, monjas, directores de hospitales, directores de registros civiles, gobernadores, vicegobernadores, jueces de paz, médicos, parteras, abogados, diputados nacionales y provinciales, senadores, escribanos, obispos, parteras, fiscales, defensores de menores, empleados de distintos puestos sanitarios de la administración pública, dueños de clínicas privadas y dueños de hoteles.
h) La población, en un 70%, está involucrada en la compra venta de recién nacidos, ya como detectores, facilitadores, adquirentes, distribuidores, pasadores, correos.
i) Las zonas del nordeste y de las provincias colindantes con la Cordillera de los Andes, tienen la factibilidad de escape rápido a través de los pasos fronterizos, en la mayoría de los casos burlando el control de gendarmería, ya que para extraerlos del país, lo hacen con documentación “legal”, por los cuales no existe razón para detener a los “padres del bebé”.
Aunque el Juez Alvaro Mansilla, de Añatuya, haya sobreseídos a todos los actores fundamentales de esta tipología especial de tráfico humano, sin siquiera haber sido llamados a declarar, queda demostrado, incluso por este mismo hecho, como los valores en la Justicia en este caso, están subvertidos o demasiado comprometidos. De esto se hizo cargo el Fiscal General de la provincia de Santiago del Estero, Dr. De la Rúa, y mandó a revisar la causa, pero, lamentablemente, el expediente, se perdió en el camino.
El funcionario que no se adecua al mandato, corre el riesgo de perder el cargo y los privilegios del status social. de más está decir, que ningún funcionario de esto, vive acorde con el sueldo que gana.
Provincias que componen las 3 fábricas de bebés en Argentina
Primero fábrica: Provincias del Nordeste) Formosa, Corrientes, Chaco, Entre Rios, Misiones y norte de Santa Fe.
Segunda fábrica: Santiago del Estero con su cabecera Añatuya.
Tercera fábricaProvincias que colindan con la cordillera de los Andes, cuya cabecera es Mendoza.
Cuántas bandas son y cómo se distribuyen las tareas de operación de campo en Añatuya, Santiago del Estero (Segunda fábrica)
Las detectadas hasta este momento en la zona sureste de Santiago del Estero, son 12. Dado el éxito económico y la impunidad que han logrado, hay una profusión de agrupamiento de este tipo de delincuentes, por lo que hemos debido bautizarlas con nombres, que a su vez, determinan el origen y hasta la metodología, por ejemplo:
Bandas hospitalarias: Son las que actúan en especial con mamás que ingresan al Hospital Regional de Añatuya a parir. Uno de los métodos más frecuentes para extraer los bebés es no registrando el evento en mesa de entradas del nosocomio y luego cambiándoles a las parturientas sus hijos, en el momento del parto, por un cadáver.
Bandas de entrega itinerante: Son las que controlan que la parturienta, en estado de gravidez, sea trasladada a otras provincias, en donde sus hijos son anotados a nombres de padres sustitutos. Las zonas más preciadas en este sentido son el norte de Córdoba y Rosario de Santa Fe.
Bandas hoteleras: son las que generan el nacimiento en los propios hoteles o el ocultamiento del bebé para ser retirado por el cliente.
Banda de las bonitas: Se trata de mujeres con cierto nivel económico, del sureste de Santiago del Estero, que se organizan esporádicamente para vender bebés y con el dinero, realizarse cirugías estéticas o viajes de placer al extranjero.
Bandas judiciales: son funcionarios judiciales, que efectúan transacciones comerciales o circulaciones de bebés y luego blanquean la situación con expedientes hechos a medida. También extraen bebés, a través de denuncias “anónimas” que dicen recibir por maltrato o desnutrición de los niños. El caso emblemático es el que generó el defensor de menores de Añatuya, Dr. Ronaldo García, en ese momento, contra Yolanda Vazquez, a quien le sustrajo tres hijos el mismo día. Yolanda, jamás volvió a ver a sus hijos y jamás dio el consentimiento para que el Juzgado los de en adopción a padres desconocidos.
Bandas del Arzobispado: Están conformadas por sacerdotes que sostienen el paradigma de la entrega de niños a familias pudientes y monjas que ejecutan verdaderos lavados de cerebros a las parturientas. “Acá, gracias a las monjas tenemos nuestras casas. Además, antes de que llegaran ellas, los bebés no queridos se enterraban”. Son las únicas que no perciben compensación económica, pero sí, “favores” (permanente presión moral a los adquirentes)
Bandas exportadoras: Son las que adquieren bebés para sacarlos del país, en general por vía aérea, a través de más de 40 pistas clandestinas de aterrizaje. En general extraen bebés para ser incorporados en especial a la pornografía y la prostitución infantil, diferentes explotaciones laborales, tráfico de órganos y ritos satánicos, no sin antes, al inicio de la fuga, utilizarles sus genitales para traslado de sustancias peligrosas.
Bandas de ritos satánicos: Venden bebés y cadáveres de bebés recién enterrados para ritos satánicos. Los mayores adquirentes son brujos y sacerdotizas de la zona. La tarea de exhumación o inhumación las realiza, en la zona de Añatuya, Mario Alvarado, comúnmente llamado por la gente como “El Enterrador”.
Pero, ¿de qué número de víctimas hablamos?
Las mujeres de Añatuya, son indiscutiblemente víctimas. Atacadas en lo más profundo de su ser como el dolor que implica, que organizaciones delictivas, con un fuerte entrenamiento, protección e impunidad y todo un sistema basado en la fuerza del gobierno, les arrebata los hijos de sus brazos. Son mujeres comunes, que aman a sus hijos, desde antes de nacer, como cualquier mamá.
Los bebés sustraídos, no sólo tienen el estigma de la modificación de su identidad, sino también, los tipos de explotaciones que sufren, según sus destinos, que pueden ser:
-Para cumplir roles de hijos dentro de la Argentina.
-Para cumplir roles de hijos en especial, en países de Europa.
– Para la incorporación a la industria de la pornografía y la prostitución infantil.
– Para la explotación laboral.
-Para la utilización de sus genitales para el transporte de sustancias prohibidas.
– Para el tráfico de órganos.
– Para ritos satánicos.
La gravedad institucional de esta catástrofe humana, alguna vez, deberá ser considerada por algún presidente que tenga interés en estos pequeños humanos que necesitan una decisión política para estar protegidos.
Son criaturas, que aunque no fueron robadas por los gobiernos militares, son niños, tanto como lo eran los otros, con la diferencia, que los que nos debieran ocupar ahora, son sustraídos, metódica y sistemáticamente, por gobiernos democráticos.
Hasta ahora no hemos logrado convencer a nadie: El público, tan sólo cierra sus ojos y dice: “No me cuentes, esto me hace daño, no lo quiero saber” y las autoridades mostrando tan sólo las espaldas y que no quiere, por razones inconfesables, enterarse de esta realidad.
Los presidentes argentinos, acompañados por el Congreso de la Nación siguen fabricando leyes, en un país como la Argentina que ni siquiera respeta las normas de tránsito. Nadie hasta ahora, se ha hecho cargo de meter presos a los traficantes de bebés, que a muchos de ellos, en nuestras denuncias hemos señalado con nombres y apellidos, al contrario, un juez de la Nación, los absolvió sin siquiera haberlos llamado a declarar.
La ley 24.779, que la Presidente quiere cambiar, tan sólo efectúa entregas legales de bebés en un 25%. El resto, el 75% son circulaciones de pequeños por transacciones comerciales de estas bandas. Esto es el motivo por el cuál cada vez demoran más los trámites para adoptar, ya que cada vez lleguen menos bebés a los Juzgados para ser dados en adopción. Cuando eso ocurre, primero se satisface el tráfico legal instituidos por los jueces de familia bajo la figura de la adopción directa y luego los que creyendo en la ley, continúan haciendo la fila en los registros de aspirantes.
Algunas personas de bien, desesperadas por ser padres, se derraman de una manera inexplicable hacia el delito y adquieren niños para hacerlos cumplir roles de hijos en sus casas, sin importarles nada más que tenerlos y sin siquiera reflexionar sobre Por qué no hay que conseguir un hijo.
Los exclusivos grupos de defensa de los Derechos Humanos, ya lograron, en demasía, imponer el unísono y monótono lamento desde hace 36 años de nietos desaparecidos en gobiernos militares, aunque dicen que aún quedan 400 por buscar, que muy probablemente ya ni siquiera les interese ser encontrados.
Quedará para otra Era, la búsqueda de Justicia para los recién nacidos que nadie busca, otros niños, que continúan desapareciendo cada día, en un promedio de 12 bebés por semana, nada más que de Añatuya, una de estas tres fábricas de las que hemos hablado.
Es un gran negocio para muchos poderosos que comenzó hace más de un siglo y que nadie tiene interés de combatir.
En estas condiciones de desaparecidos, sin conocer su verdadera identidad de origen, hay más de 3.500.000 argentinos, en un país que aprendió de Derechos Humanos durante el flagelo de los golpes militares y que hasta ahora, nunca pudo reponerse de aquel dolor, para poder mirar lo que pasa a su alrededor, a pesar, que los nuevos desaparecidos, claman, de tanta experiencia, alguna consideración.
Escribió Julio César Ruiz