Difusión 3: Imagenes y sonido de una adquisición telefónica
Los condenados fueron capturados en Bogotá, Colombia, en una clínica de abortos, en los cuales, en algunos casos, les sacaban bebés prematuros a las que iban a practicarse abortos, los colocaban a la temperatura de una lámpara candente y los mantenían vivos para la venta.
La fachada de este negocio era esta…
Hace 17 años que luchamos contra delincuentes que venden y delincuentes que compran recién nacidos. Podríamos decir, que estamos acostumbrados a lidiar con estas cosas, pero, lo que realmente nos sorprendió es el diálogo, en la que finalmente se concluyó que era la compradora y no la intermediaria y el médico vendedor.
Observen el lenguaje que utiliza esta mujer, pretendiendo, que el médico la describa físicamente, antes de pagar el precio, el que sin prejuicio le detalla las características, de una manera brutal.
Otras grabaciones que posee Fundación Adoptar, de argentinos que efectúan las mismas transacciones, las que iremos mostrando paulatinamente, nos llevan a reflexionar, que por más que el sistema de adopción sea deficiente, esto que van a ver y escuchar se llama tráfico humano, delito de lesa humanidad, que no se puede justificar desde ningún lugar.
Finalmente, el médico y las tres enfermeras, la psicóloga y la esposa del médico, por aceptar el delito, recibieron una reducción de la pena, que fue de nueve meses para el médico y dos enfermeras y nueve meses para la otra enfermera. La esposa, al lado del médico en el juicio, quedó sin condena.
Creo, que ésto es algo, que como sociedad, debemos meditar y tomar una posición, no sólo contra los que compran bebés para incorporarlos a la pornografía y la prostitución infantil, la utilización de sus genitales como mulas, para el desguace de órganos y hasta para ritos satánicos, sino también a los desesperados, que no les interesa comprar un niño, para tenerlos cumpliendo roles de hijos en sus casas, para jugar con fuego…al papá y a la mamá
Escribió y editó Julio César Ruiz